Recomendaciones Generales
Profundidad de la siembra: no debe sobrepasar un centímetro. Además, los primeros 30 centímetros del suelo deben ser sueltos, pero la capa superior debe estar compactada para generar una adherencia entre este y la semilla. Esto genera una germinación uniforme y eleva el porcentaje de plantas logradas.
Subsolar los suelos: (hasta 40 centímetros) que presenten mal drenaje o suelos nuevos con presencia de una capa dura de cal o arcilla. Los suelos arcillosos con bajo contenido de materia orgánica no son aptos para la siembra de alfalfa.
Fertilización: emplear 100 unidades de fósforo como abono de fondo, y 50 unidades de fósforo como fertilizante de mantenimiento anual.
Floración: el primer corte debe hacerse lo más tarde posible, hasta que alcance, por lo menos, el 50%. Para cortes sucesivos, se debe esperar el 10% de floración o inicio de botón.
Establecimiento radicular: La producción de alfalfas dormantes, grado 4 se inician a partir del segundo año. Por ello, el primer año es la etapa de establecimiento radicular.
Más tallos: Para obtener un mayor número de tallos por planta, es importante pastorear o cortar dejando un regazo de 3 a 5 centímetros.
Protector de suelos: La alfalfa es una forrajera que protege los suelos de ladera pronunciada, por su raíz pivotante que sostiene el suelo de manera eficiente.